El Volapié

Más peñas taurinas

Desde siempre me ha parecido lamentable el enconamiento político suscitado en nuestra querida ciudad a propósito de los toros, espectáculo que carece de filiación política y que en todas las latitudes goza de partidarios y detractores como sucede con todas las pasiones.
Dentro del Partido Popular existen aficionados y antitaurinos, como sucede en el Partido Socialista Obrero Español y en Los Verdes de Europa, al igual que en Cataluña existen promotores y seguidores de ILP´s a la par que defensores a ultranza de la tauromaquia, así como en las Vascongadas y en el resto de las regiones de España.

El General Franco apenas tenía interés por los toros, no le gustaban en absoluto y apenas acudía a la plaza más que por motivos exclusivamente de protocolo, mientras que Su Majestad el Rey don Juan Carlos I volverá a ser el primer aficionado nacional tan pronto como cambie el color del Gobierno. Joaquín Costa era un republicano que hizo todo lo que estuvo en su mano para acabar con las corridas de toros y Niceto Alcalá-Zamora fue un republicano tan aficionado a la fiesta nacional que hasta se convirtió en empresario taurino.

Aquí en Villena ya sabemos todo lo mucho y bueno que han realizado las peñas Taurina Villenense y El Callejón en pro de la plaza y de la tauromaquia, teniendo para siempre el reconocimiento perpetuo e indeleble por estas cuestiones. Sin embargo, en el reverso de la moneda también perdurará de modo perenne la clara vinculación política de ambas, lo cual no sólo me parece estupendo sino que es perfectamente lógico porque en origen se trató de una unión de fuerzas con un objetivo común.

Pero ahora gracias a esta alianza –insisto– ya tenemos una Plaza de Toros suculenta y operativa, por lo que debemos abrir el ángulo de visión y tender la mano a aquellos aficionados a los que la política les interesa un pimiento o les interesa separada de la afición taurina o –lo que es mucho peor– de la pasión por los tauromaquia.

Por eso no habrá un momento mejor para que al buen aire de la flamante plaza surjan nuevas peñas taurinas con el único propósito de compartir y fomentar lo único que debe ser común a sus miembros: Los toros. Incluso sería recomendable que para crear tendencias en estas peñas conviviesen al principio y de modo descarado significados simpatizantes y afiliados de todos los partidos políticos, de asociaciones diversas, de las más variopintas profesiones, del clero y del pueblo en general.

Deseo que en España, en Villena -al igual que en Francia- los toros den paso a que la Fiesta Nacional se convierta en un nexo que sirva para unir y para sumar iniciativas no promovidas desde los segmentos políticos, porque la tauromaquia es un arte, una cultura ancestral y universal, mientras que la política es sólo la profesión de unos pocos y en demasiadas ocasiones una triste forma de conseguir las habichuelas.

Por el momento bastaría con una simple peña, tan simple como independiente.

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