El Diván de Juan José Torres

¿Más recortes? No, por favor

Antonio Beteta, mano derecha del ministro Montoro, ha comunicado al Gobierno de la Generalitat Valenciana que son convenientes y necesarios más recortes en Sanidad, Educación y Bienestar Social. Argumenta el mandatario que aún hay margen para la austeridad. Afortunadamente Juan Carlos Moragues, Conseller de Hacienda, ha salido a su paso y le ha dicho que ya está bien, que más no pueden recortar. Aunque los esfuerzos de Moragues tengan menos peso que el del Secretario de Estado de las Administraciones Públicas, es un buen síntoma de la rebeldía e indignación que provocan determinadas medidas en nuestro gobierno autónomo.
Esta tendencia siempre ha sido así desde hace un par de años y el Consell se ha ido tragando los marrones; al principio sin rechistar, pero cuando se ha dado cuenta que éstos, los recortes, no paran, han visto las orejas al lobo. Porque si esta dinámica no se frena no sólo están en juego los bolsillos de los valencianos, sino el futuro de los dirigentes autonómicos que ahora nos gobiernan. ¿Con qué credenciales iba a presentarse Alberto Fabra como candidato a la presidencia? Sin credenciales, sin avales, sin crédito electoral difícilmente iba a repetir cargo, y él lo sabe.

Por eso sugerí a Miguel Ángel Salguero, Presidente de NNGG de Villena, que su organización local y autonómica moviera ficha. Entre él y yo existen grandes diferencias ideológicas, pero nos une la cordialidad y el sentido común. Le lancé el guante para que recogiera el mensaje. Él y su organización juvenil han hecho campaña de exaltación a la coronación del nuevo rey, Felipe VI. Me parece muy bien porque están en su papel. Al igual que los activistas de izquierdas hemos emprendido acciones reivindicativas para una consulta sobre el modelo de la Jefatura del Estado. Cada parte defiende sus principios ideológicos en un alarde de derechos democráticos de expresión.

Pero si el slogan del PP en las elecciones europeas fue “lo que está en juego es el futuro”, sobran más palabras. ¿Qué futuro se contempla si la investigación en España se va a pique, la fuga de cerebros es demencial, las becas para investigación se han esfumado y los jóvenes talentos tienen que emigrar a universidades y empresas extranjeras que desarrollan I+D+i? ¿Qué futuro nos espera si los recortes en educación no sólo son económicos, en recursos, en materiales, sino también en reducción del profesorado? ¿Qué futuro nos aguarda si los ajustes en sanidad, cada vez más, claman al cielo? ¿Acaso no se han enterado que hay medicamentos para enfermos crónicos que ya no los dispensan las farmacias por denegación política? ¿Es que no existen enfermos que necesitan fármacos oncológicos y se van a morir porque no pueden costearse el tratamiento?

¿Qué futuro tenemos si las capas sociales más débiles e indefensas están absolutamente desprotegidas? Si se dejó de aplicar la Ley de Dependencia, si hay miles de dependientes con incapacidades físicas, psíquicas o mentales que ya no reciben prestaciones aun teniéndolas aprobadas. Y no sólo se les desatiende, además se les obliga ahora a pagar sus necesidades con repagos o copagos.

¿Qué futuro nos espera si todo lo que está en juego lo estamos perdiendo? ¿Qué quiere el Gobierno de la Nación?, ¿otra vuelta de tuerca más? ¿Más de lo mismo? ¿Con qué argumentos alguien inteligente se va a presentar a la reelección? Por eso las NNGG deben posicionarse, arrimar el hombro con su gobierno valenciano y enseñar las uñas y los dientes, si es necesario, a tanto abuso desde Madrid.

Porque ahora lo que está en juego no es la izquierda o la derecha, el porvenir de la derecha o de la izquierda en este país. Lo que está en juego es la decencia, la dignidad y que los ciudadanos se sientan personas que merecen consideración, respeto y gestos, muchos gestos de dignificación.

Toda dirección política que vaya en contra de dignificar la vida de las personas, la gestione quien la gestione, no será nunca bienvenida, porque basarán sus políticas en el abuso y el desprecio. Y las personas necesitan, sobre todo aquellas más castigadas por el trato de la vida, amparo, protección y cierta ternura.

Si no es así no se les pida luego el voto. Votarán contra el engaño.

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