Vida de perros

Montoro

Pues ya tenemos nuevo Papa. Lo tendrás tú. Francisco. Francisco primero. No, Francisco a secas. Y parece que el hombre tiene prisa, porque no ha parado desde el momento que salió al balcón. Trabajo tiene. Más que años por delante. Bueno, ellos sabrán. Mientras sea para bien… Pues yo he recibido un sobre de Hacienda. Sí, hay muchos circulando por ahí, de esos de media cuartilla con una ventanilla de plástico tintada en negro que parece un brazalete de luto. Yo no sé para qué ponen la ventanilla entonces, mejor utilizar un sobre normal, si lo que quieres es que no se vea lo que hay dentro.
Pues ahí tengo el sobre. ¿No lo has abierto? Prefiero tomarme un par de cervezas antes. Es que da como cosa abrirlo. Llevo toda la mañana repasando mentalmente a ver si he escrito algo en el periódico, en Facebook o en algún otro sitio. Algo del ministro, de Montoro. Seguro que sí, pero ¿tú crees que Montoro se va a preocupar de alguien como tú? ¡Yo qué sé! No me extrañaría, ese hombre parece haberla tomado con todo el mundo. Ha pasado de la técnica de concienciación, del “Hacienda somos todos”, a las tácticas del maestro de escuela más rancio y vengativo. La verdad es que asusta ese dedito acusador diciendo: “Ahí hay alguien que no está al corriente con sus impuestos”. Bueno, ese dedito. Y ¿qué me dices de ese modo que tiene de explicar las cosas? “¿Lo entiende?, “Usted no entiende nada”. Ponme otra cerveza, anda. Pues ayer lo escuché explicando eso del impuesto no recaudatorio aplicable a las entidades bancarias.

¿Impuesto no recaudatorio? Como te lo digo. ¿Eso cómo se hace? ¡A mí qué me preguntas!, ¿me has visto cara de economista? No, desde luego, pero cómo se puede imponer un impuesto que no recaude, es decir ¿es un impuesto si no recauda? Yo lo único que sé es que cuando ese señor habla con esa vocecilla nasal y termina diciendo lo de ¿lo han entendido?, no hay quien le discuta. Claro, porque luego pasa los ojillos por la sala llena de políticos o de periodistas a la espera de que quien esté al corriente con el fisco le haga alguna pregunta. Así que le mete un impuesto no recaudatorio a los bancos y nos dice que no nos preocupemos que no nos va a repercutir al resto. Ja, ja, ja, es gracioso, ¿verdad? Graciosísimo. Los bancos, que nos cobran hasta por mirar los cajeros automáticos, con total seguridad no lo repercutirán a sus clientes.

Pues a mí el que me preocupa es Mariano. ¿Por qué? Pues porque dijo que los ahorradores no teníamos que preocuparnos por nuestro dinero. ¿Y? Pues que cada vez que Mariano dice que algo no va a ocurrir, ya sabes lo que ocurre. ¿Qué? Pues que ocurre.

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