Desde el acantilado

Olimpiadas

Yo tuve la suerte de realizar mis estudios infantiles en el colegio de los Salesianos de Villena. Una de las actividades que se realizaba en el colegio cuando se acercaba en mayo la festividad de María Auxiliadora era la de las “Olimpiadas”, creo que hoy todavía se siguen celebrando, aunque desconozco si se les sigue llamando así. Yo no era de los más destacados en los deportes, y aunque estaba en el pelotón de los buenos, no llegaba a entrar en el de los mejores. Sin embargo, sí conseguí llevarme a casa alguna medalla en las pruebas de fondo ya que, a pesar de lo renacuajo y escuálido que era, si me ponían metros por delante alguna vez llegaba a estar entre los mejores. La ilusión que me hacía llegar a casa con una medalla colgada es algo que todavía recuerdo con cariño.
Estas últimas semanas y con la proximidad de la llegada del mes de mayo, estamos asistiendo en Villena a las Olimpiadas Municipales. Lástima que estas olimpiadas no tengan nada que ver con el espíritu de compañerismo que impregnaba aquellas luchas de colegio entre los de A y los de B. Los concejales del equipo de gobierno municipal se han adelantado unos metros a la salida de la carrera y sin contar con nadie, pues a nadie deben dar explicaciones, han empezado a colgarse medallas del cuello. El señor Ayelo ha visto salir el sol y aprovechando que en Villena pega con bastante fuerza, y que ahora hay muchas empresas privadas dispuestas a invertir en generación de energía solar, se cuelga la medalla como si fuera él mismo el que fuera a implantar las dos instalaciones que por ahora están previstas. Asimismo, en su carrera particular hacia mayo, se apunta otro tanto con el anuncio de un macropolígono en la frontera de Villena con Yecla, también de iniciativa privada. Se vanagloria de los objetivos que va consiguiendo, pero la gente sabe perfectamente que todos estos proyectos no son suyos, son de iniciativa privada y el Ayuntamiento lo único que debe hacer en los mismos es poner los condicionantes y dar todas las facilidades que estén a su alcance para que se lleven a cabo. Son beneficiosos para la ciudad y generarán empleo y renombre para Villena. De lo que no se pone nunca la medalla el señor concejal de Urbanismo y Comunicación es de haber resuelto satisfactoriamente para Villena los contenciosos que siguen en marcha sobre la reparcelación del Grec y del centro comercial que se pretendía construir allí. Esa presea no se la cuelga porque pienso que no ha querido resolver el tema, quizás no le ha puesto mucho empeño, empecinado como está en la construcción del centro de ocio en la plaza de toros.

Pero no sólo el señor Ayelo está participando de estas particulares olimpiadas. El señor Santamaría, por ejemplo, acaba de descubrir la panacea para la integración de la juventud en el mercado laboral: las Escuelas taller. Mire usted, este tipo de iniciativas no están mal, lo malo de ellas es que históricamente en Villena cuando el PSOE las ha gestionado han sido un auténtico fracaso, y si no, recuerden la que se organizó para el Teatro Chapí y cuáles fueron sus resultados. La creada para la restauración de la Ermita Santa Lucía parece que ha ido un poco mejor aunque como se han ventilado todo el presupuesto y algo más, van a intentar terminarla intentado pillar algo de la subvención que se consiga para crear la de Las Cruces.

Esperemos la reacción del pueblo y que las Olimpiadas las ganen otros en mayo.

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