Vida de perros

Otra vez los foros

¿Qué quieren que les diga, queridas personas? Me ha sorprendido la polémica que ha ocasionado en los foros de este medio la publicación del grupo joven de Izquierda Unida formado en Villena. No va a ser la primera vez que yo salga a la palestra para mostrar mi incomodidad y desacuerdo por el modo en que ciertas personas más o menos amparadas bajo seudónimos utilizan ese espacio de opinión y debate. Y tampoco vengo a decir que en esta ocasión hayamos podido presenciar y sufrir la más terrible y encarnizada disputa de los últimos tiempos, porque tristemente tampoco sería cierto.
Tendré que confesar que ni siquiera he leído cada uno de los sesenta comentarios presumiblemente originados por el comunicado, y que a algunos de ellos ni siquiera les he prestado atención en su totalidad. En realidad, ustedes lo pueden comprobar, las polémicas surgidas en el foro quedaban tan lejos de la cuestión planteada como cerca de las rencillas de tipo personal, ideológico si quieren, entre los y las foristas participantes. Consiguiendo construir un hilo de comentarios donde se respira crispación, arrogancia, extremismo y ausencia de razonamiento argumental: balas de mayor o menor calibre cuya finalidad es herir o matar. Muestra del fanatismo del “y tú más”, “pues anda que los tuyos” y demás. Exhibición de una ausencia de decoro, educación, civismo, comparable a quien no sabe comportarse ni le importa, a quien entra en un restaurante, se descalza y pone los pies sobre el mantel de tela.

Obstinación. Pese a los intentos del resto por reconducir la situación. Arrogancia, egolatría. Sin atender a las llamadas de atención sobre la compostura oportuna para respetar tanto el espacio donde se encuentran (la noticia), como al resto de comensales (quienes leemos la noticia y nos perdemos en sus disputas, no paralelas sino oblicuas y divergentes del asunto, a favor de sus intereses particulares).

Si me permiten la exagerada comparación diría que es una guerra civil dialéctica, de oídos sordos y posturas agresivas, que explicaría las barbaridades que históricamente almacenamos: situaciones en que la visión egoísta y sesgada, el odio, el desprecio, la egolatría… Diría que es la miserable (pero productiva) escuela exhibida por los medios de comunicación nacionales, heredada a nivel local por personajes que lucen amor y sabiduría en su entorno pero que son incapaces de dialogar, exponer y rebatir, con sabiduría y menos con honradez, ante quien no comparte su línea de pensamiento.

Otra vez lo foros, sí. En esta ocasión en los del presente medio, y cada día en su cadena más cercana. Echo de menos que cuando se habla de conciencia, información, honestidad, compromiso, exista una mirada (o parte de una mirada) que se dirija a cada cual. Que incluso en el foro de una pequeña ciudad del sureste del país haya personas que sean capaces de entender que de lo que se trata es de vivir, de convivir, de ser sociedad, de apoyarse en sociedad, de crecer en sociedad, en lugar de anteponer las grandes teorías económicas, los colores político-deportivos, a nuestras propias vidas. Entender, como cualquiera dice que entiende, que hay que actuar en local y pensar en global (y si usted desprecia y ataca a quien vive a su lado, usted será a gran escala quien despreciará y atacará a quien esté a su lado. Piénselo, y no se engañe diciéndose que si usted tuviera poder no lo haría; porque mendigo o rey, en Belice, Washington o Singapur, cada cual acaba siendo y comportándose tal y como es).

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