El Volapié

Presidente, con su permiso

El último día finalizaba mi columna emulando al gran Arturo Pérez Reverte y hoy comienzo ésta saludando a la sazón de los matadores cuando toman estoque y muleta para faenar con el primer toro de su lote. Presidente, con su permiso… y luego si hay que irse a los medios pues nos iremos.
Porque parece ser que en esta democracia vamos a tener que pedir permiso antes de expresar nuestro deseo de que Rodríguez presente su dimisión. Me gustaría que el mensaje de la Vice a los españoles tras el abucheo del otro día hubiera transmitido la sensación de que en un Estado de Derecho cada ciudadano puede expresarse como mejor le parezca: ¡Zapatero, dimisión!, ¡Zapatero, dimisión!... Ya hay quien lleva esta cantinela como melodía en su teléfono móvil.

Otra cosa bien distinta opinaría en caso de que los gritos hubieran sido insultantes de tipo: ¡Zapatero, ladrón!; ¡Zapatero, sinvergüenza!; ¡Zapatero, masón!... pero nadie insultó al Presidente del Gobierno. Tan sólo le pidieron que dejase su cargo, tan sólo ejercieron uno de sus derechos fundamentales. Le tomo, por tanto, la palabra -señora de La Vogue- y le pido hora para solicitar formalmente la dimisión de quien rige nuestros destinos, a mi juicio, con pobre acierto. Mientras tanto cualquier ocasión es buena para quejarse contra quienes son capaces de poner una vela a Dios y otra al Diablo, porque ni yo podré tener jamás una recepción contra Monsier Zp, ni dudo que este permanecerá en su puesto hasta que alguien se lo arrebate legítimamente en las urnas, lo cual parece imposible a un lustro vista.

Su amiguito Gallardón lo consuela y le da coba, el ínclito se lo toma a guasa con su peculiar risica y lo encaja como que entra en lo que sería del ritual del Día de las Fuerzas Armadas –con perdón, que ahora son Fuerzas Humanitarias– y le da por partirse de risa junto a su independentista ministra de Defensa mientras suena el Himno Nacional. A pesar de los esfuerzos de las televisiones del régimen, todo consta en acta.

Tras los abucheos y los descojonos llegan las justificaciones y estos dirigentes izquierdistas nos convencen de que estuvo mal la bronca pública porque era un acto de Estado, mientras olvidan el desprecio de Zp hacia la enseña federal useña para fustigar a Bush, mientras disimulan que en esta democracia de pastel la Fiscalía es capaz de meter entre rejas a dos ciudadanos porque militan en la oposición mientras hace oídos sordos ante el soplo policial que evitó la detención de unos, mientras existen jueces capaces de mover cielo y tierra para ajusticiar a un Jefe de Estado extranjero o investigar si Franco ya se ha muerto a la vez que miran para otro lado en graves asuntos que pueden atentar contra el orden constitucional, porque en España quemar la foto del Rey –y yo soy republicano– forma parte del derecho a la libertad de expresión, mientras que pedir la dimisión de Zp es una afrenta.

¿A ustedes les parece normal?

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