¡Qué bello es votar!
Tras los fracasados intentos de formar gobierno el futuro se prevé más negro que las uñas de un mecánico
El pasado ya ha pasado y con él nada hay que hacer // el presente es un fracaso // el futuro no se ve // …, de esta manera cantaba el grupo de punk-rock Eskorbuto. Si aplicásemos lo que decían al esperpéntico panorama político que impera en este nuestro país vendría al pelo, pues tras los fracasados intentos de formar gobierno el futuro se prevé más negro que las uñas de un mecánico.
Como el que no quiere la cosa, nos volvemos a ver abocados a unas nuevas elecciones. Si por una casualidad de esas que parecen solamente darse en España los resultados fuesen un calco a las de abril, podríamos pensar que el auto-masoquismo es nuestra forma de vida. Puestos a que nos jodan, nos jodemos nosotros mismos. ¡Hale!
Serían los cuartos comicios generales desde el 2015, y a pesar de haber sido reducida la campaña electoral a la mitad, se gastarán nuevamente un porrón de euros de aquellos que anteriormente aseguraban no habían para otros menesteres. Contando con los dedos mismo, la púa electoral de las cuatro votaciones ascendería a unos 700 mill. de napos. Tal que así, lo mismico que viene a cobrar un pensionista al cabo del año.
Cogeremos, de tanto votar, tal destreza para introducir el sobrecito en la urna que podremos entrar en el colegio electoral, hacer unos requiebros al personal que allí se encuentre, para acabar encestando el voto en la ranura con un mate baloncestista increíble a la media vuelta que sería la envidia de los mismísimos Globertroters.
No creo meter la pata al decir que habrá gente de a pie que, sintiéndose más engañada que en el Postiguet por un trilero, opte en bastante mayoría por practicar la abstención, esto es, pasar hasta el culo de votar. Si nos tornan a tomar el pelo es mejor dejar que se voten ellos y nosotros a lo nuestro. Eso sí, si ello ocurriera yo no les pagaba.
Y como los mítines los carga el diablo, este que lo es no tiene pensamiento de ir a ninguno. Lo dicho, podéis en paz. Hasta más ver, pues. ¡Au!
Por: Tony Piojo