El Volapié

¿Qué va a pasar en Villena?

La alicantina Feria de Hogueras finalizó el pasado sábado y esta ha sido la pregunta que más veces me han repetido los colegas y aficionados con los que he podido conversar. Existe una gran preocupación en los ámbitos taurinos sobre el futuro de la Plaza de Toros en Villena y al mismo tiempo la sensación de que no habrá toros en Villena por el sólo hecho de que tenemos un Alcalde que pertenece a Los Verdes.
Por el momento –y es lo único concreto que conozco– lo que sí puedo decir es que el Alcalde se muestra abierto al diálogo, que todavía no ha decidido poner un veto a las corridas de toros, que tampoco tiene intención de conceder ayudas a esta actividad y que se muestra dispuesto a exigir –suceda lo que suceda– el estricto cumplimiento de la normativa vigente, como el Reglamento Taurino y otras disposiciones relativas al mismo.

Hasta aquí, no debería haber ni un solo aficionado al que esto le pareciese desatinado, porque los toros son un negocio que debe repercutir en un beneficio para el Ayuntamiento, el desembarco de los toros un día antes de la corrida es una de las garantías sobre la integridad del espectáculo y la presencia de aficionados en las labores del sorteo y enchiqueramiento de las reses supone un derecho que tienen los mismos antes de sacar la entrada. De modo que si nuestro Alcalde logra que un empresario pague por ofrecer un espectáculo taurino –esto es lo normal– y que se respeten escrupulosamente los requisitos que debe cumplir la corrida, será digno de felicitación.

Llegaré un poco más lejos. Si el Monumento Plurifuncional La Plaza no reuniese los requisitos necesarios para que pueda ofrecerse una corrida de toros sin incidencias sería preferible subsanar primeramente todo lo necesario. Si para que los villenenses disfrutemos de un poco de jarana el día 7 de septiembre el Ayuntamiento se condena a pagar una hipoteca, deberíamos dejarlo correr e irnos a matar el gusanillo a la Feria de Murcia o a la de Albacete.

La tauromaquia y los toros no son integristas aunque en Villena lo parezca. Es un legado cultural y cualquier ciudadano tiene derecho a disfrutarlo si así lo desea o no encontrárselo si hiere su sensibilidad, pero lo que no podemos es encorsetar a los toros como algo propio de un determinado partido político o de unos determinados colectivos, porque nada hay más democrático que los tendidos de una plaza de toros, en los que se ven reflejados las distintas clases sociales, donde todo el mundo puede manifestar libremente su veredicto y los triunfos sólo se conceden por mayoría.

De modo que el Alcalde tiene en su mano que se rompa la hortera vinculación política que tienen los toros en Villena. Ojalá permita el ejercicio de esta actividad, que escuche a los empresarios taurinos que vengan a hablar con él y que entre todos logren un éxito para los aficionados de toda la comarca, sean del color que sean.

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