El Volapié

Quien no haya visto toros en Barcelona…

La Edad de Oro del toreo fue protagonizada por dos genios como fueron Joselito “El Gallo” y Juan Belmonte “El Pasmo de Triana”. Rivales sin parangón en las plazas y amigos íntimos fuera de ellas, el trianero tuvo el presagio de que los socialistas acabarían con las corridas de toros y el de Gelves afirmó que aquel aficionado que no hubiese ido a los toros en El Puerto de Santa María no sabía lo que era una tarde de toros.
Sin embargo -con todos mis respetos hacia Gallito y el Puerto- quien no sabe lo que es ir a los toros es quien no ha tenido la fortuna de ir a la Feria de la Merced de Barcelona.
Mi amigo Javier Lozano –socio, compañero de fatigas y de éxitos, ángel de la guarda, genial inventor y hermano virtual– ya antes del verano organizó una importante reunión de trabajo para el día después de la última corrida en Barcelona, que como ustedes saben se produjo el pasado domingo. Por eso él y yo hemos tenido la oportunidad de asistir a este momento desgraciadamente histórico para la historia de la tauromaquia.

Los villenenses tenemos la suerte –nada les debemos por ello a los políticos actuales– de que el tren nos recoge al lado de casa para llevarnos en pocas horas a cualquier lugar de España. Menos mal que nos queda el tren y toquemos madera.

Morante de la Puebla, El Juli y Manzanares se las vieron con toros de Núñez del Cuvillo el día de la Merced, la preciosa festividad barcelonesa. Al día siguiente les tocó a Juan Mora, José Tomás y Serafín Marín –que lleva en las venas la sangre villenense de su padre–, que lidiaron reses de El Pilar por una extravagancia más del diestro de Galapagar.

Quien no haya visto toros en Barcelona ya no podrá hacerlo. Los instigadores fueron los de la izquierda republicana, los cocineros han sido los socialistas y los del PP han servido la bandeja con su abstención. Hemos asistido con tristeza y alegría a este último acto. Javier nunca había ido a los toros y yo nunca había estado en la Monumental. El encuentro con el amigo y la despedida de una Plaza que llegó a ser más importante que Las Ventas.

Quien no haya visto toros en Barcelona ya no podrá hacerlo porque hasta le han puesto precio al solar.

Y como dijo aquel, el muerto al hoyo y el vivo al bollo, de modo que nos secaremos las lágrimas antes de volver al andén, primero para subir al tren que este próximo fin de semana nos lleve a Madrid, donde se está celebrando su Feria de Otoño. En esta ocasión serán Iván Fandiño y David Mora, toreando mano a mano reses de don Antonio Gavira, el Asador Donostiarra, el Madrid de los Austrias…

Quien no haya visto toros en Barcelona que espere un poco y ya verá como le sonríe la suerte. ¡Libertad, libertad, libertad!

(Votos: 0 Promedio: 0)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba