El Diván de Juan José Torres

Reflexiones para los votantes de Celia Lledó

Como ustedes saben nuestra alcaldesa fue votada por mayoría absoluta y en olor de multitudes. Saben también que cualquier alcalde o alcaldesa lo es de toda la población y a ella representa: a sus votantes, a los que votaron a otras opciones, a los que se abstuvieron, a los que votaron en blanco o incluso a los que pasan de todo. Representa a toda la ciudad de Villena, a sus instituciones, a sus asociaciones, a sus empresas, a sus vecinos.
Sin embargo parece que gobierna sólo para los suyos, para sus amigos e incondicionales y adjudica, como si nada, contratas a empresas de su condición y devoción. Saben ustedes también que el equipo de gobierno municipal, del Partido Popular, menospreció a los representantes municipales de la oposición obviándolos de cualquier órgano de representación, como la Junta Local de Gobierno. Están al corriente, también, de que existe una fractura abierta entre sus concejales populares y que sus discrepancias, sus bajas por enfermedad o sus incomparecencias a los plenos magnifican el término de ingobernabilidad.

Ustedes recuerdan que al anterior equipo de gobierno, al llamado tripartito, le condenaron a menos que pan y agua, le miraban con lupa, le hacían juicios de valor, se le prejuzgaba y le ejecutaban sentencias sumarísimas. Está claro ya, a estas alturas, que con muchísimos menos errores del anterior gobierno, se exageraron tanto sus debilidades que a más de uno habrían ustedes colgado en la plaza mayor o enterrados vivos bajo la cal.

Ahora que gobierna Celia todo es perdonable. A la oposición se le perdonó la vida, se le niega el agua y más que eso, el respeto democrático que nunca le faltó al PP cuando no gobernaba. La alcaldesa exalta el juego democrático y habla de democracia cuando emplea el látigo, la mordaza y una mal llamada autoridad, que más roza el autoritarismo. Convoca plenos extraordinarios sin consensuarlos previamente con los suyos y desconvoca dichos plenos al sentirse en inferioridad. Eso es despecho, soberbia y menosprecio al resto de grupos y de electores.

Hubo personas entre ustedes que gritaron la ya famosa y triste frase “que les corten el pelo”, palabras dirigidas a los concejales populares rebeldes. Esa frase fue dedicada, hace muchos años, a los presos hacinados en los campos nazis, fue utilizada en la posguerra para distinguir a los luchadores del bando vencido y, lamentablemente, a muchos enfermos de cáncer se les cae el pelo sin que nadie se lo indique. Mejor supriman, en lo sucesivo, palabras tan fuera de lugar y tan ofensivas si quieren mantener el tipo.

Y si ustedes tienen la elemental cortesía y saben medir por el mismo rasero a unos y a otros, si saben discernir entre lo correcto y lo incorrecto, si son justos a la hora de valorar y evaluar, si creen realmente en ese concepto llamado democracia, no la voten nunca: Peligra la salud de sus disidentes, amenaza la salud de los opositores, pueden quedarse ustedes indispuestos y el resto acabaremos sin el necesario elemento de la paciencia. Y si les vuelven a votar quedan avisados. Si ya quedaron sin pelo pueden perder el alma.

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