Salud

Sanamente y Yananá, con la Reina Leticia en la conmemoración del Día Mundial de la Salud Mental

El acto sirvió para homenajear al villenense Vicente Rubio Gandía

La Confederación Salud Mental España ha celebrado el Día Mundial de la Salud Mental, este año dedicado a la prevención del suicidio, con un acto presidido por Su Majestad la Reina Doña Letizia, y al que también ha asistido la ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social en funciones, María Luisa Carcedo, quien en su discurso de clausura ha manifestado el compromiso y el deber de las Administraciones Públicas de “construir una sociedad que permita conectar con la vida, aportando toda la información necesaria tanto a medios de comunicación como a los ciudadanos, para lograr la prevención del suicidio.

En el acto se realizó un homenaje a Vicente Rubio Gandía. Un referente en el trabajo por la dignidad y la lucha contra el estigma de las personas con problemas de salud mental.

Fundador de Radio Yananá en la Red Sanamente junto a Berta Nadal y Pepa Martínez, pusieron en marcha un proyecto de sensibilización con la palabra como arma para destruir los muros de la ignorancia que generan el miedo a lo desconocido.

Desde el espacio Yananá y la red SANAmente queremos agradecer a la Confederación Salud Mental España la invitación a éste acto (junto a Trini Rubio y Cristina Cabanes) en memoria de nuestro yananero Vicente. Hay huellas que no desaparecen nunca.

Vicente sigue presente.

Seguiremos demostrando que la locura no muerde, y otra cosa, cuantos más seamos, más fácil para darle la vuelta a un coche, a una idea…

Nos gusta terminar con estas palabras de Vicente:

“Hay quien está enfermo y no lo sabe, que pasa toda una vida sufriendo con unos síntomas que denotan la existencia de una enfermedad, pero no pone remedio a ello, no conoce la cura, incluso en la mayoría de los casos ignora su propio estado de salud, se sienten bien, aunque con su enfermedad sufran esos síntomas a los que ya se han acostumbrado y por lo tanto lo ven como algo que ya forma parte de su vida. El problema surge cuando sus enfermedades hacen sufrir a los demás. No hablo de enfermedades como la mía, esquizofrenia paranoide, hablo de enfermedades aceptadas por la costumbre de   verlas a nuestro alrededor. Son como virus que se contagian con sólo ver cómo se manifiestan en los demás y para los que no hay medicamento inventado, ni tan siquiera nadie que se preocupe por investigar la solución a este problema, su cura.

Hay quien ve a alguien sufrir y no siente nada, le da igual el sufrimiento ajeno, incluso hay gente que no le importa hacer sufrir a los demás en busca de su propio beneficio. Hay otros que, obsesionados por la búsqueda de la perfección, rechazan todo aquello que no se ajuste al canon de realidad perfecta que tienen encajonada en sus mentes, no conciben la flexibilidad y la comprensión como algo necesario en la convivencia entre seres. No hay pastillas para ellos, no hay inyecciones que alivien su sintomatología enfermiza. No hay nadie que pretenda curar la indiferencia, el egoísmo, el rechazo hacia lo diferente. Estos enfermos son los que hacen sufrir a otros como nosotros y buscan el enclaustramiento del que, en algún momento en su vida, ha percibido la realidad de un modo diferente, inusual. A esto se le llama estigma, y somos nosotros los que tenemos que sufrir las consecuencias de su enfermedad.

Lo suyo también son enfermedades mentales o de la conducta, pero no hay ningún médico que las diagnostique ni que se preocupe por curarles, lo ven normal, normal por lo extendido, son tantos los que padecen este tipo de enfermedades que nadie se da cuenta de ello. Ya son como una plaga.

No os preocupéis, vosotros, los que generáis el rechazo, sabemos que lo hacéis por miedo, tenéis miedo de nosotros, de nuestra percepción diferente de la realidad y sabemos que os han engañado. Os dicen por televisión y en todos lados que cometemos crímenes, que somos malvados.

Despertad de vuestro sueño. Sí, nosotros soñamos despiertos, pero vosotros vivís engañados. No tengáis más miedo, que la locura no muerde, tan sólo es una manera de prolongar el sueño”.

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