El Ordenanza

Sandra

El Ordenanza. Capítulo 30

Escena 1

Sandra es una chica muy especial. Es tan especial que es una estupenda amazona y amante de deportes de cierto riesgo. Siempre se apunta a todo lo que se le presenta, porque piensa que la vida es especial. Fíjese si es especial, amigo lector, que se apuntó a la Universidad, porque quiere saber todo sobre todo.

Es tan especial que quiere que toda la gente sonría y, para ello, desde niña, ha creado un universo de personajes que nos ayudan a lograrlo. Pero no payasos ni nada de eso... bueno, también los hay... pero sus personajes son personas normales, a los que les acosan problemas que resuelven, no sin fatigas, con ayuda de un búho, viejo como una piedra y sabio como las estrellas, que sirve de nexo a todas y cada una de las historias que ocupan su cabeza.

Es tan especial que , desde niña, no se contenta con crear esas historias, sino que las escribe. ¡Y las publica! Y con esas letras escritas en papel, transmite su filosofía de felicidad, que se extiende a todo aquel que lee sus relatos.

Es tan especial que, con ayuda de personas buenísimas, ha montado un certamen de relatos cortos, La pluma de Búho, en el que pueden participar todos los jóvenes que lo deseen. El único requisito es que esté escrito en castellano y que, en algún momento de la trama, aparezca el mencionado animal nocturno.

Este año, para ser la primera edición del certamen, se han recibido más de cien relatos participantes, de varios lugares del mundo y Sandra está feliz por ello... y lo contagia a todo el que está a su alrededor.

La asociación a la que pertenece su tía Aurora se hace cargo de la publicación de los relatos vencedores y una agencia de viajes de la ciudad lo complementa con un fin de semana a tutiplén en una casa rural de nuestro término municipal para los tres finalistas, entregándose los premios el domingo por la mañana de ese fin de semana. La Sede Universitaria aporta los galardones en metálico, que van aumentando según disminuye, curiosamente, el número del cajón del podio.

Sí, Sandra es tan especial que es sobrina de Avelino y, con él, comparte su pasión por la literatura. Por eso pidió al ordenanza que fuese jurado del certamen y, claro, él dijo que sí sin pensarlo. Han pasado muy buenas tardes leyendo todos y cada uno de los escritos recibidos, tomando el fabuloso té con pastas caseras de la tía Aurora o sentada patas arriba en el cómodo sofá negro del despacho de su tío.

Ahora ha llegado el momento de deliberar.

Escena 2

Sentados en torno a una mesa de la Biblioteca Municipal, el jurado ultima ya el veredicto del certamen, aunque hay discrepancias sobre los dos primeros clasificados. Sandra, Alicia, la bibliotecaria, Sonia Caparrós, concejala de Cultura, Felipe, dueño de la agencia de viajes, Avelino y Sofía, la directora de la Sede, se enfrentan a una dura disyuntiva.

-Yo creo que todos estamos de acuerdo en el tercer puesto.

-Sí, “Atardecer en Beirut” es una historia muy buena, pero el problema es que están “¡Mantén la calma!” y “El jarrón mágico de la abuela Margarita”.

-Y... ¿no se podrían dar dos primeros premios? Así el tercero podría ser el segundo y el cuarto el tercero... ¡sería estupendo!

-Pero Sandra... eso implicaría duplicar el primer premio y, ya... para dar uno, vamos justitos...

-¿Qué haría falta para poder hacerlo?

-Financiación.

-¿Y eso es muy difícil, Sofía?

-Tristemente sí.

-Pero, ¿supondría mucho para la Sede?

-… veré lo que se puede hacer...

-Seguro que puedes conseguirlo. Además, la Sede está para difundir la cultura, ¿no? Imagina: el libro contaría con un relato más, con lo que, difundiríamos un poquito más... ¡porfi...!

-¡Bueno! No te aseguro nada, pero creo que algo podremos rascar...

-¡Perfecto!¿Y tú, Felipe?¿Sería mucho pedir dos personas más en la casa rural?

-… bueno, podemos hablar con los dueños y...

-Siempre he oído decir eso de “donde comen tres, comen cuatro”, ¿sabes?

-Seguramente no habrá problema.

-Entonces, ¿todo solucionado?

-¡Demonio de chiquilla!

Escena 3

-Estoy muy nerviosa, tío.

-Tú no te preocupes, que todo va a salir bien. ¿Has traído el discurso escrito?

-¡Claro! ¡Y con letra bien grande, por si no hay mucha luz para leerlo.

-Habrá suficiente. Mira, te voy a presentar al alcalde. Te va a caer bien, ya verás. Señor Alcalde, le presento a mi sobrina Sandra.

-¡Oh! ¡Qué ganas tenía de conocerte!

-Es todo un honor...

-Créeme, Sandra, con lo que has hecho para sacar el certamen adelante, el honor es o. ¿Estás nerviosa?

-Un poco. Es la primera vez que hablo delante de tanta gente y...

-Tranquila, seguro que lo haces genial. Además, ¿has visto qué día más bueno ha salido? Pues nada va a poder estropearlo.

-Gracias.

-Gracias a ti.

En ese momento, las luces del Salón de Actos de la Casa de Cultura de la ciudad se apagan y comienza a sonar una canción que ella misma eligió. La escuchó por primera vez en casa de sus tíos, porque le llamó la atención el plátano amarillo sobre fondo blanco de la portada y pidió a Avelino que se lo pusiera. Es la primera canción de la cara A.

En la pantalla que sirve de fondo, comienza una proyección caleidoscópica. Ha llegado el momento. Sandra se dirige al centro del escenario con paso seguro, se sitúa delante del micrófono y, mirando hacia delante, dice:

-Bienvenidos a los Premios La pluma de Búho, amigos lectores. Espero que la travesía sea de su agrado.



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