El Ordenanza

Un plato es un plato y una morcilla, una morcilla

El Ordenanza. Capítulo 170

Escena 1

  • ¿Qué haces aquí?
  • No sé… quería ver cómo estabas.
  • Pues solo, ya lo sabes.
  • A veces te echo de menos. Últimamente he soñado contigo: estamos de nuevo juntos y recibimos su bendición.
  • ¿La bendición de quién?
  • ¡Vamos! Sabes perfectamente de quién hablo.
  • … es lo que tiene compartir cerebro…
  • Me gustaría que vinieras, aunque sé que es imposible.
  • Mi puesto está aquí, en la Mostocueva…
  • … lo siento…
  • No lo sientas, tampoco se está tan mal. Tengo nuestro diario. Nuestro diario…
  • No te pongas triste, por favor.
  • Nostálgico, quizá…
  • No seas tonto: oportunidades como ésta no se tienen todos los días. Lo vas a conocer y, además, viene para darte su apoyo incondicional.
  • Lo sé.
  • Ve a dormir, anda. Mañana vas a tener un día superchachi.
  • … buenas noches, Most.
  • Buenas noches, Roque.

Escena 2

  • ¡Buah! ¡Menudo sueño raro! Estaba con Most y con ÉL… me abrazaba entusiasmado y pronunciaba palabras con muchas eses, como «chisgarabís», «Soraya Sáenz de Santamaría», «Isabel Díaz Ayuso» o «Carlos Herrera»… ha sido un sueño maravilloso y la suerte es que hoy se va a hacer realidad por fin. Me levanto, me preparo un desayuno de campeón y me pongo a tope con lo de esta tarde. ¡UN MOMENTO! ¿En serio? ¡Esto ya no es gracioso! ¡Es la tercera vez que me conviertes en morcilla de cebolla!

Escena 3

  • Buenos días, Avelino. ¿Ha visto usted a Acevedo?
  • Buenos días, don Manuel. El señor Roque no ha llegado todavía. Imagino que debe estar preparando todo para lo de esta tarde.
  • ¡Menuda tenemos montada en la Casa de Cultura con lo de esta tarde! ¡Bien se lo podían haber montao en el Teatro!
  • Le habrán querido dar un ambiente cercano al acto.
  • Espero que, al menos, no dejen el salón de actos hecho una zorrera, que un ejército de democristianos envalentonados por las arengas de su legendario líder puede ser realmente impredecible.
  • Confiemos en la templanza del ex-presidente, don Manuel.

Escena 4

  • Termina de veshtirte, Elvira, que tenemos mesha en el Batishte.
  • ¡Ay, Mariano! ¿No te cansas de ir siempre al mismo sitio a comer?
  • ¡Esh que hacen un bogavante que pondría derecho al mishmísimo San Manuel Fraga Iribarne!
  • ¡Ave María Purísima! ¡Pecas de gula, Mariano!
  • No, Elvirita. Sholo shoy amante de lash maravilloshash viandash que nosh ofrece la geografía peninshular. Ya shabesh: shomosh sheresh humanosh y tenemosh shentimientos.
  • ¡Pues parece que lo único que sientas tú sea hambre!
  • Esh que el bogavante del Batishte no esh cosha menor; dicho de otra forma, esh cosha mayor.
  • Eres todo un filósofo, cariño.
  • Graciash.
  • La verdad es que esperaba que me llevaras a aquel restaurante, en esa calita tan romántica a la que me llevaste cuando estabas destinado en Santa Pola.
  • Shi, shi. Otro día, otro día. Ahora termina de pintarte, que she nosh echa la hora encima.

Escena 5

  • ¡Debe ser ya casi la una del mediodía y aquí me tienes, graciosete! Puedes estar contento: estás arruinando el mejor día de mi vida. Lo peor es que tengo un hambre que me comería ahora mismo un arroz del senyoret que no lo saltaba un gitano. Bueno, igual puedo mover un poco mi relleno y ver si, con el cambio de posición, la manteca sacia este apetito que me devora. ¡Encima es que huelo delicioso, joer!

Escena 6

  • ¿Dónde dices que vamos esta tarde?
  • A un pueblito a sheshenta y tresh coma ocho kilómetros de aquí por la A-31, según una bushqueda rápida en Guguel, Elvirita. ¿Te vash a acabar esha vieira?
  • Toma, anda.
  • Shon muy ricash en vitamina B-12, con lo cual, nosh ayuda a mantener lash neuronash en forma. Ademash tienen potashio, shelenio, magneshio y calcio, que no esh cosha menor o, dicho de otro modo, esh cosha mayor.
  • ¡Contente, Mariano, por Dios! ¿No ves que te puede volver a dar un ataque de gota?
  • Deshpreocúpate y acerca tu copa, Elvirita. Nada que eshté regado con éshte maravillosho caldo puede sher perjudicial para la shalud. ¡Celebro la fortaleza de la indushtria vitivinícola de éshte bendito paísh!
  • Ya, pero el ácido úrico…
  • Eshto me lo bajo yo con dosh caminatash,Viri.

Escena 7

  • ¡Pues yo creo que M. Rajoy es un tío muy listo!
  • ¿M. qué?
  • ¡Joer, Andrés! ¡Pareces de la Audiencia Nacional, tío!
  • ¿Y por qué lo ves tan listo?
  • Por muchos motivos. Por ejemplo, ha creado su propio idioma. Si lo piensas bien, es a la política lo que Chiquito de la Calzada al humor: inclasificable y, por tanto, inolvidable.
  • … visto así…
  • … pero… no sé… algo me dice que… hay algo más…
  • ¿Algo más?
  • Sí. Tengo una teoría.
  • ¡Guaaaaauuuu!
  • ¡Cuenta, cuenta!
  • Creo que ha buscado ser inmortal y, diría, que lo ha conseguido.
  • ¿Cómo?
  • Muy fácil: todos recordáis el himno del Partido Popular, ¿no?
  • Sí.
  • Naní, naní, nanino naní…
  • Vale, pues sabiendo la tendencia española a cantar (el Cara al Sol, La Morenica, el Día cuatro que fuera y un largo etcétera), el tío ha dado con la fórmula para que, el populacho lo recuerde por esa melodía.
  • No te sigo.
  • Es algo así como una audio-marca. Cuando cambiaron el himno, Fraga era presidente. Ahora, intentad cantar con su nombre. Manuel, Manuel, Fraga Iribarrrrne… ¡Queda mal! ¿No? Luego vino Aznar… Aznar, Aznar, Josemari Aznarrrrrr… tampoco es que empaste muy bien. Ahora probad con Rajoy.
  • Rajoy, Rajoy, Mariano Rajoy.
  • ¡Es verdad!
  • ¡Inaudito!
  • ¡Un genio!
  • ¡El Maradona del neoliberalismo europeo!
  • ¡Rajoy, Rajoy, Mariano Rajoy!
  • ¡Rajoy, Rajoy, Mariano Rajoy!
  • ¡Everybody!
  • ¡Rajoy, Rajoy, Mariano Rajoy! 

Escena 8

  • ¿Cómo es tenerlo cerca?
  • Su sola presencia da tranquilidad.
  • … ¡guau! … tal y como aparece en mis sueños.
  • Es un hombre maravilloso.
  • … sí… debe serlo.
  • Siento que no hayas podido ir.
  • No te preocupes, he estado muy bien representado.
  • Gracias.
  • ¡No pongas esa cara! ¡Cuéntame!
  • Pues mira, al principio se sorprendió al verme allí, en mallas púrpura pero, en seguida se recompuso y hasta dijo aquello de «Esh el vecino el que elige al alcalde y esh el alcalde el que quiere que shean los vecinos el alcalde».
  • ¡Guaaaaaaaaaauuuuuuuuu!
  • ¡Fue taaaaaaaaaaaaaan emocionante!
  • Most, gracias por haber ido de mi parte.
  • Tranquilo, Roque. Tú descansa y, cuando vuelvas a ser humano, date un par de duchas.

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