Vida de perros

Vueltas y revueltas

Revueltos sí estamos, lo que no sé muy bien es si estamos juntos. El agua, el centro de ocio, el parking, el soterramiento/alejamiento, las televisiones o el color de las flores de los maceteros, han sido temas que cada vez más nos han hecho distanciarnos. Las diferencias no parecen ser tantas como para separar a una comunidad, no lo parecen pero ¿lo son? Si se tratara de una cuestión de mercado (aunque sea mercado político donde el valor de cambio son los votos) podría afirmar que la intención es siempre la de que una de las partes salga favorecida. No siendo ésta una cuestión de mercado, sino de búsqueda del bien común, donde las dos, tres o cuatro partes saldrían siempre favorecidas, me cuesta entender determinadas posturas, determinadas actuaciones y actitudes diría afinando.
Pudiera ser que nos encontráramos entre una lucha entre progreso e inmovilismo, pero no creo que se trate de eso, no a modo general. Son evidentes los beneficios así como los perjuicios que cada una de las actuaciones señaladas producirían a determinados sectores de nuestra ciudad. Es evidente que tales sectores deben ponerse en marcha y defender sus intereses. Para ello es necesario que conozcan de primera mano todas las consecuencias de aquello por lo que se ponen en pie. Pero también es evidente que se está jugando suciamente con la aparición de datos falseados y rumores infundados. Por tanto la lucha contra el rumor y la mentira es la primera batalla que se debe disputar. Jugar con el miedo es peligroso, pero dejar que jueguen con nuestro temor –nuestra inseguridad– tiene una fácil solución: la información. Algo que a todas luces falta en muchos de nuestros vecinos y vecinas. Y es curioso que esto ocurra precisamente en Villena, una ciudad que cuenta con varias emisoras de radio, televisión, varios periódicos impresos y otros tantos digitales. Villena debería ser una ciudad ejemplar en tal sentido, puesto que además de la gran cantidad de información de que disponemos, tales datos se pueden contrastar en los distintos medios. Así, resulta casi increíble escuchar frases como: “cuando un mosquito pique a un mono enfermo nos contagiará a todos…”.

Si realmente somos conscientes de que tratamos un problema común, de que no somos enemigos, de que el final de la cuestión –desde cualquier ángulo– será siempre beneficioso para la ciudad, entonces no entiendo los enfrentamientos hostiles. A un niño hemos de convencerle, por ejemplo, de que tomar el jarabe es lo mejor para recuperar su salud. No debemos hacerle tragar el líquido tras una somanta de golpes en el culo. Entre otras cosas porque dicho trato puede provocar que el niño asocie los golpes con la medicación y desarrolle una aversión en el futuro. En nuestro caso hemos de reconocer que mantenemos una disputa, y que su resolución pasa por crear vencedores y vencidos. Los motivos los desconozco, imagino rencillas personales, intereses particulares, rencores que se saldan aprovechando cualquier asunto, e incluso oportunismo de quien se apunta a tontas y a locas con tal de sumar algo más el próximo mayo.

Aparecen en relación al último lance, como imagino seguirán apareciendo en los siguientes, cada vez más personas que buscan soluciones y se avergüenzan de comportamientos que no las buscan. Es un orgullo contar en esta ciudad con estas personas, sean de la opinión que sea. Estas personas muestran el camino a seguir: búsqueda de información, diálogo y por supuesto conclusiones y defensa de sus ideas e intereses. Personas que no se dejan engañar, que viven su vida y quieren lo mejor para ellas, para sus familias, para sus amistades y, como no, para su Villena.

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