Vida de perros

Cambio de tiempo

Quién iba decirme a mí que esto del cambio de gobierno nos iba a deparar tantas sorpresas en tan poco tiempo. Que el clima político estaba crispado era algo que desde luego nadie nos tenía que explicar, ha sido la cantinela diaria de cualquier medio informativo que se preciara, el famoso clima de crispación. Y claro está, si había crispación de por medio no queda otra alternativa una vez tomada la alternativa que comenzar a dar mandobles y resarcirse de cuanto se padeció en su día. El verano es buen momento para ello, ahí tienen los 100 días de perdón, que junto a las vacaciones y el adormecimiento provocado por las temperaturas, supone una época asombrosamente fértil en cuanto a cambios radicales. Donde se dijo esto ahora diremos Diego, que es lo que defendimos desde el principio.
La mayoría absoluta que ostentan nuestros actuales gobernantes no es más que otro elemento idóneo para el crecimiento de aquellas semillas que cayeron fuera del huerto y que han sido e irán siendo recuperadas. Tales semillitas como ya digo se encuentran con uno de los mejores climas para su crecimiento, pero todavía se encuentran con ciertos sujetos irreductibles que hacen peligrar su futuro: las asociaciones de barrio. Asociaciones que en poco tiempo, muy poco tiempo, han comenzado a levantarse contra algunas de las decisiones de quien gobierna. Es el caso del barrio del Rabal, quien se ha encargado sin premeditación, supongo, de poner en candelero una de las posiciones conflictivas creadas por el nuevo equipo de gobierno: la del Concejal de Fiestas Francisco Abellán, quien comparte dicho cargo con el de Presidente de la Comparsa de Moros Nuevos, teniendo que decidir entonces la resolución del recorrido del desfile de la Retreta desde dos ángulos ¿iguales? Pues si desde la Junta Central de Fiestas acordó eliminar el paso de tal desfile por el Rabal, ¿cuál será su postura ahora, cuando toma la decisión como miembro de la Corporación? Y en caso de que la decisión del señor Abellán se vea comprometida con la de su partido, ¿qué ocurrirá más que absolutamente nada, salvo para foristas y pensadores/as sin más púlpito que el de sus queridas personas más o menos cercanas?

Harina de otro costal vendrá a ser la decisión de nuestra Entrevistada Alcaldesa Celia Lledó. Y adjetivo así puesto que la entrevista concedida por ella misma a no sé qué televisión durante el pleno donde se acordaba adquirir de una vez la casa que serviría de sede a la Asociación de Vecinos de Las Cruces, tuvo como consecuencia la aprobación de tal compra. Ahora, sin televisiones que entrevisten días previos a los comicios locales, sin una decisión que podría influir en la opinión de la ciudadanía a la hora de aportar su voto a los abultados resultados del PP, la señora alcaldesa reabre el caso, porque ella puede, y vuelve a sacar a la mesa aquella votación donde pudo estar pero no estuvo. Ahora, sin necesidad de aquella sorprendente decisión de Izquierda Unida –entre otras cosas porque ya no está para sorprender, se lo tomen esto como ustedes quieran–, el Partido Popular puede decir a boca llena a los vecinos de las Cruces que se vayan olvidando de su sede y que vayan pensando en cómo se van a arreglar de ahora en adelante. Siempre nos quedará el Festival de Títeres, por el momento, aunque quizás la Asociación de Vecinos tenga que pensar en sus prioridades y decida que antes que títeres para todos y todas más vale tener una sede y organizar pequeñas actividades donde la convivencia –se trata de eso, ¿no?– vecinal pueda fomentarse y donde los problemas vecinales puedan tener un espacio físico.

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