Vida de perros

Concejalía de Cultura Verde (y dos)

Aunque soy consciente del riesgo que conlleva la insistencia en algunos asuntos, esta mañana ha amanecido lluviosa y eso siempre me pone de buen humor. Y aunque sé que no hay dos sin tres, me tranquilizo pensando que de momento solo estamos en la segunda, lo que supone una ventaja para sumar algunas ideas al tema de la Cultura Verde que tan someramente tratamos hace unas semanas.
Porque denunciar la ausencia de políticas culturales para nuestra ciudad, pese a su importancia, resulta apenas una idea genérica y algo abstracta que no logra transmitir las actitudes que encierra: falta de compromiso, falta de visión de futuro, falta de respeto…

Faltas fácilmente identificables a lo largo de la legislatura de este equipo de gobierno. No hay más que ver la falta de responsabilidad y de compromiso con las mociones en materia de cultura aprobadas por unanimidad en distintas sesiones plenarias, desde la referida a la creación de un Consejo de Cultura Local en febrero de 2016, a la que en septiembre de 2017 aprobaba la recuperación de la Cantina de la Plaza. Asuntos de los que ni ustedes, queridas personas, ni yo mismo hemos vuelto a oír a hablar. Asuntos que quedarán aplazados, como en el caso de los festivales de música, hasta que sepamos quién gobernará los próximos cuatro años. Una postura bastante loca, la de hacerse el loco, ya que se trata de mociones aprobadas por unanimidad (a no ser que el Grupo Verde esté pensando en tumbarlas si en el futuro se encontrara en el banco de la oposición).

Es normal que los grupos políticos estén ya pensando en la próxima fiesta de la democracia –todavía quedan siete meses para colocar las urnas–, pero no es excusa para llegar a ellas arrastrando compromisos adquiridos hace casi tres años. Todo tiene un límite. Y si de lo que se trata es de haber pecado de prudencia, en este caso a lo que huele es a indiferencia, a incapacidad o a irresponsabilidad. Nada por lo que alguien pueda sentir orgullo. Y si de lo que se trata es de que se han volcado todos los esfuerzos referidos a Cultura en la puesta en marcha del nuevo museo… ¡A otro perro con ese hueso! Y si de lo que se trata es que en la priorización de objetivos la Cultura ha resultado la damnificada (porque de todas formas no han faltado teatro, ni cine ni cuadros), dígame dónde estaban las prioridades: ¿en la concejalía de Turismo, en la de Participación, en la de Juventud?

Para lo que no les ha faltado tiempo ni dedicación ha sido para la creación severa y detallada de las ordenanzas de locales y de participación que, reitero, son incapaces de poner en funcionamiento y que merman, o mermarán, mediante extensos procesos burocráticos, la iniciativa ciudadana en materia cultural. Eso sí se queda, aunque de momento solo sea una sombra acechando desde las alturas.

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