Lo que pienso de

El Hada Pedrosa

Me lo contaban el otro día y no me lo podía creer, y estoy segura de que vosotras, amigas mías, tampoco lo creeréis cuando os lo cuente, pero la que me lo dijo lo daba por seguro. Y lo que puedo asegurar es que mi amiga Maite informada está un rato, mucho más que Isidro el de la radio. Aunque aparentemente vaya por la vida de ama de casa, no sé de dónde saca la información, pero todo lo que me cuenta al final se cumple.
El otro día va y me dice que se ha enterado de que a unos cuantos del PP, cuando ya han salido de concejales, se los llevan a una escuela que está por Guadalajara, supongo que en algunos terrenos de Esperanza Aguirre o de sus hermanos, y que además de enseñarles a hablar y a mirar a la cámara, les enseñan magia. Así como os lo digo me lo contaba mi amiga. Claro, conforme me lo iba contando yo me partía de la risa. Porque una cosa es que todas sepamos que a los políticos les enseñan a sacarse conejos de la chistera, pero de ahí a que alguien pueda pensar que a los del PP los mandan a una escuela de magia como Harry Potter va un trecho. Pero claro, me lo decía tan seria cuando me lo contaba que en cuanto me sequé las lágrimas de la risa y la dejé hablar me lo explicó con un ejemplo.

Resulta que el primero de los concejales del PP de Villena que ha ido a la escuela de magia ha sido ese chico de Elda, uno que es familiar de la alcaldesa de Elda y que lo han hecho concejal aquí sin que todavía sepamos por qué. Pero bueno, a lo que iba. Al parecer, éste ha venido de Guadalajara fino porque nada más llegar ha dicho que enseguida se hará el centro del Alzheimer, y lo más gordo es que en nada va a construir un centro para los inmigrantes. Yo en cuanto me lo contó le dije que no podía ser, que seguramente lo del Alzheimer y lo de los inmigrantes no era cuestión de magia, lo más probable es que una cosa y la otra estuvieran preparadas de antes y que ahora lo que este chico hacía era continuar con lo que los otros empezaron. Pero mi amiga Maite “erre que erre” que no, que antes ni se había pensado lo del Alzheimer ni lo de los inmigrantes, que todo era cuestión de lo que les enseñan en la escuela de Magos y Hadas de Guadalajara. Al final le dije a mi amiga que se mirara bien los periódicos de hace unos meses y vería cómo lo de los inmigrantes lo empezó Paco Montilla, y lo del centro del Alzheimer lo llevan pidiendo los familiares mucho antes de que se reclamara la construcción de la torre del orejón, y que ya lo habían prometido casi todos los políticos que por aquí han pasado.

Así que de varitas mágicas nada. No les saldrían granos ni a unos ni a otros si reconocieran que cuando hay un cambio de gobierno la vida no se para, que lo que unos siembran los otros lo recogen. A fin de cuentas las obras que se llevan a cabo en un pueblo no salen de las cartillas de ahorros de los políticos, sino de los bolsillos de los ciudadanos. Como así lo reconocía en la tele el concejal de Cultura cuando presentó el libro de Navarro Santafé. Seguramente es que a éste no se lo han llevado todavía a la escuela de hadas y magos de Guadalajara.

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