Lo que pienso de

Escepticismos

Dice mi amiga Mayte que me encuentra demasiado pesimista últimamente, que donde todo el mundo empieza a ver luz yo sólo veo tinieblas. A lo mejor tiene razón y estoy entrando en la edad de Santo Tomás, aquel apóstol al que Jesucristo le tuvo que enseñar las cicatrices para que creyera que había sido crucificado. Yo llevo un tiempo que ni con esas me creo todo lo que parece que va a ocurrir. Seguramente porque llevo tanto tiempo esperando que ocurra algo interesante en este pueblo que cuando mis amigas me muestran esperanza, yo siempre encuentro dificultades. Pero es que tengo la impresión de que en esta Villena, y en la de antes también, hay cuatro que siempre tratan de dárnosla con queso y nosotros, cual ratones hambrientos, mordemos una y otra vez.
Esa impresión me da a mí el asunto de la embotelladora del agua, la Plaza de Toros, el Trasvase, el Soterramiento y el Alejamiento, las Vacas de la Sierra Salinas, la Central Solar y todas estas cosas que parece que vayan a estar listas mañana. Pero si echamos la vista atrás, ha pasado un año desde que Celia ganara las elecciones y seguimos donde estábamos, poco más o menos. En una cosa le doy la razón a Mayte: fotos de la alcaldesa firmando estamos viendo más que nunca, lo que no sabemos es si todo lo que firma va a servir para algo. Algunos vecinos están convencidos de que sí, otros se mantienen a la expectativa y otras como yo nos mostramos más bien escépticas. Para los que se muestran convencidos en cuanto ven que la alcaldesa estampa su firma en un papel, ya ven la obra hecha, sé de alguno que ya se ha pedido las entradas de la primera corrida que se hará en la Plaza de Toros cuando esté arreglada. Otros se mantienen a la espera, de momento no dicen ni que sí, ni que no, para acabar aliándose con quien se lleve el gato al agua. Y otras pensamos que no se ve el movimiento prometido en el pueblo. Que sí, que mucho cuento, mucha foto, mucha visita de gente de Valencia, muchos ayudantes contratados por la alcaldesa, pero obras pocas. Porque por mucho que se empeñe mi vecino el del primero, la alcaldesa no es quien traerá a Villena la embotelladora del agua, si es que viene. Como tampoco es la responsable de que las empresas de zapatos cierren por la competencia de los chinos. Pero si se quiere atribuir el mérito de que las empresas que piensen instalarse en Villena lo hacen porque ella es la alcaldesa, también habría que a ponerle la medalla de cartón cuando las empresas o los comercios cierran porque no pueden aguantar la bajada de ventas.

Cuando vamos entrando en años perdemos la ilusión, la edad nos hace incrédulas y nos lleva a ver todo lo que ocurre con un cierto escepticismo. No se nos convence tan fácilmente como cuando teníamos diez menos, por eso cuando escucho a alguno de los charlatanes estos del agua contarnos que ahora sí que van a ser solidarios con Villena, que nos vamos a ver beneficiados de cada litro que se saque para embotellarla, tengo mis dudas y me pregunto: ¿por qué ahora Villena se va a ver beneficiada con la venta de agua a Danone y en los más de cien años que llevan sacando el agua y haciendo negocio con ella no hemos obtenido beneficios?

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