Las vías de financiación más interesantes hoy para los autónomos
Hacerse autónomo es todo un reto, una decisión valiente que implica grandes cambios en la vida profesional de cualquier persona
Hacerse autónomo es todo un reto, una decisión valiente que implica grandes cambios en la vida profesional de cualquier persona, así como el asumir grandes riesgos y responsabilidades. No basta con sólo tener una buena idea de negocio, ni estudios que avalen su viabilidad, para lograr el éxito. Hay mucho trabajo y esfuerzo por delante, sobre todo al principio
Trabajar para sí mismo
Quien ha sido autónomo alguna vez en su vida sabe que aquellos que logran el éxito están hechos de otra pasta. Horas interminables de sacrificio en un negocio que, en muchas ocasiones, ni siquiera se sabe si merecerá la pena.
Pero no todo son desventajas, por supuesto. De hecho, la satisfacción por hacer rentable un negocio propio a unos años vista es descomunal. Cuando esto se consigue y se echa la vista atrás, todos los esfuerzos habrán merecido la pena.
Aunque hasta llegar a este punto, generalmente, hay un arduo y exigente camino por delante, con muchos obstáculos que salvar y una gran cantidad de inseguridades que irán apareciendo más pronto que tarde. Inseguridades que se verán agitadas por muchos que insistirán en que todo saldrá mal y que no merece la pena asumir tanto riesgo.
En esos momentos duros, la mejor medicina es ser objetivos sin dejar de confiar en uno mismo. Ordenar las ideas, establecer prioridades y creer en lo que se hace. El fin es el éxito, esto nunca debe olvidarse y si nos focalizamos en ese objetivo, todo resultará más llevadero.
La financiación, uno de los principales problemas
Quizás el mayor problema al que se enfrenta un nuevo autónomo es conseguir el capital necesario para emprender el proyecto. En muchos casos, años de ahorro como asalariados hacen que se cuente con un pequeño colchón para lanzarse hacia el autoempleo, pero lo habitual es que se necesite financiación externa para comenzar.
En este sentido, existen distintas vías para lograr esa financiación inicial cuando no se tienen ahorros. Vamos a ver algunas de las más comunes.
Capitalizar el paro
Si el nuevo autónomo comienza una actividad mientras tiene derecho al cobro de la prestación por desempleo, capitalizar en un único pago toda la prestación es una posibilidad existente y a la que muchas personas se acogen hoy en día. Habrá que ponerse en contacto con el SEPE, hacer la solicitud y presentar toda la documentación necesaria.
Si el fin empresarial se justifica adecuadamente y toda la documentación está en regla, en unas semanas el dinero debería estar disponible para comenzar la aventura empresarial.
Ayuda públicas
Desde hace muchos años, las administraciones públicas, a nivel nacional, autonómico, regional y local, tratan de fomentar el autoempleo. Y para ello suelen abrirse convocatorias de ayudas para emprendedores y empresas de nueva creación.
Quizás esta opción no cubra todas las necesidades, puesto que las ayudas suelen ser pequeñas en la mayoría de los casos, pero puede servir como un primer empujón para el negocio.
Préstamos personales
Solicitar un crédito es la opción más común a la hora de emprender un negocio. Los préstamos personales son una herramienta muy interesante y, además, es relativamente sencillo conseguirlos si se tiene un buen historial crediticio, aunque todo dependerá del capital necesario, como es lógico.
En la actualidad, gracias a la gran variedad de plataformas online existentes en el mercado, es posible conseguir un préstamo rápido de manera ágil y requiriendo una mínima documentación, e incluso sin salir de casa, lo que facilita todas las gestiones.
Recurrir a familia y amigos
Muchas veces suele ver alguna persona cercana a la que, si le hablamos de nuestra idea, pueda interesarle entrar a formar parte del negocio como inversor, ofreciendo parte del dinero necesario para iniciarlo o bien un préstamo para ponerse en marcha.
Si contamos con este apoyo y estamos dispuestos a compartir los beneficios del negocio, entonces es una buena opción, ya que se conseguirán mejores condiciones que se acude al mercado financiero.
Así pues, como hemos visto, las posibilidades para financiar un proyecto son variadas y conseguir la liquidez necesaria para emprender no debería ser un obstáculo en el obstinado camino del autónomo.