Vida de perros

No me gusta que a la playa te pongas el tanga

Preparémonos queridas personas para lo que tenga que llegar. Que cada vez que parece que todo está escrito viene alguien y te da la sorpresa del día. Las declaraciones de cierto colectivo han traído a éste que les habla al desconcierto y a la relectura de Nostradamus el pronosticador. Aunque ya se pudieron leer ciertas declaraciones en la sección de opinión del periódico provincial por excelencia, ahora llegan más fuertes que nunca los miembros y miembras de la Asociación Playas Familiares. Si usted es de quienes se cansan de trastear con el dichoso mando a distancia evitando torsos y nalgas al descubierto al aparecer en anuncios, series, películas y programas, le aseguro que está de enhorabuena.
La Plataforma Playas Familiares, iniciativa del colectivo Hazte Oír, con ideas firmes y sin temor al paternalismo, reivindica playas limpias de tanga y topless, playas donde no encontremos tan siquiera niños o niñas que muestren aquello que no es más que de cada persona. Y aún con apenas un año de vida como asociación, ya cuentan con el apoyo de 10.000 firmas, que respaldan dicho activismo también pronunciado contra el matrimonio homosexual, el aborto y demás asuntos similares. En cuanto a la consecución de su labor, se muestran más coherentes, si se puede llamar de tal modo: “no es sencillo, porque flotan en el aire las brujas que en Macbeth recitaban a coro: lo hermoso es feo y lo feo es hermoso; revoloteemos por entre la niebla y el aire impuro, en alusión a los dudosos criterios de cierta estética actual”. Como pueden comprobar, la asociación se jacta de conocer y hacer uso de clásicos como el vate inglés, hombre con reputación como para presidir dicho colectivo, y si me entienden al revés sabrán lo que les digo. El caso es que su primer fin es “demostrar que es preferible lo mejor a lo peor, lo cuidado a lo descuidado, la elegancia al destape, el buen gusto a la zafiedad”. Algo que muchas personas dejamos de entender, puesto que los cánones del buen gusto y la elegancia han evolucionado mucho desde el sigo XI, por citar uno, hasta hoy. O, por decirlo de otra forma, ¿a cuántas personas no les gusta dejar pasar la mirada por aquellas partes que quedan ocultas durante el frío invierno, sobre todo si aquello que miramos se asemeja a aquellas figuras griegas o romanas?

El asunto no termina ahí, puesto que sumado al rechazo a la falta de decoro en el vestir, vienen a posteriori las reivindicaciones sobre la limpieza de las playas –subrayando la limpieza de jeringuillas– y la de los accesos tanto para discapacitados como para carros de bebes, así como la vigilancia necesaria para evitar que los más pequeños se extravíen. Medidas que por su interés general creo debieran aparecer en primera línea de sus fines, pero que en su manifiesto quedan como últimas resoluciones que otorgan al fin lógica y sentido a su iniciativa. Y no deja de ser curioso que esto ocurra, que colectivos y asociaciones en un momento dado sumen a sus propósitos otros que son de verdadera importancia y que dan coherencia al proyecto, aunque a algunos nos resulten pegados postizos. Puestos a la creación de una plataforma redundante en tales propósitos más valdría que se sumaran en apoyo a aquellas asociaciones y colectivos que luchan día a día por dichos fines. Pero no crean que hay que escarbar mucho para encontrar asociaciones que desvían sus propósitos, en la mayoría de casos en busca de apoyo o celebridad, y que acaban ligadas a partidismos que traicionan así las primeras firmas de sus acólitos, sin que éstos puedan retirar entonces sus firmas y formando parte de algo que no deseaban ni esperaban.

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