
El Salón del Cómic de Barcelona es un evento de proporciones tan descomunales que ahora, cuando ya ha pasado mes y medio desde su finalización, todavía sigo leyendo obras firmadas allí por sus respectivos autores. Obras que no tuve la ocasión de reseñar en ninguna de las columnas dedicadas al asunto porque, sencillamente, no me fue posible leerlas con tiempo suficiente; pero todas ellas se me antojan tan recomendables que no quisiera dejar pasar la oportunidad de comentárselas en esta sección.
Si en el último Salón hubo un autor estrella dentro del panorama nacional, ese fue sin duda Javier Rodríguez. Y es que no solo se cumplía el vigésimo aniversario de la publicación de Miedo, uno de sus primeros trabajos profesionales; sino que su nombre aparecía por duplicado en la primera remesa de novedades de DC Comics publicadas por Panini después de la defenestración de ECC Ediciones: en la antología Superman: La Orden de la Lámpara Negra y otras historias y en el volumen Zatanna. Abajo la sala. Si la primera resulta una curiosidad a tener en cuenta sobre todo para la legión de seguidores del dibujante, es este último el título que quisiera recomendarles hoy encarecidamente: se trata de una miniserie recopilada aquí al completo y que está arropada por la etiqueta Black Label, lo que significa que es un material más bien orientado a un lector adulto. Esto último no es de extrañar si tenemos en cuenta que el guion lo firma Mariko Tamaki, a la que muchos conocíamos por novelas gráficas ajenas al mainstream superheroico tan relevantes como Skim, Aquel verano, Laura Jean me ha vuelto a dejar o la reciente y multipremiada Roaming. Después, haciendo valer semejante currículo, la guionista canadiense de origen japonés ha terminado accediendo a las grandes compañías del sector para ofrecernos obras tan interesantes como la que ahora nos ocupa: un relato protagonizado por Zatanna, la maga más popular del Universo DC, aquí embarcada en una aventura sobrenatural que la llevará desde el casino más cutre de Las Vegas en el que trabaja a viajar a otra dimensión para enfrentarse a una amenaza de poder inusitado. La historia resulta bastante entretenida y fácil de leer, y cuenta con algún que otro invitado especial muy de agradecer y cuya identidad me reservo de spoilearles (salvo que decidan pinchar aquí); pero es el arte de Rodríguez -verdaderamente deslumbrante de la primera a la última página- el que hace de Zatanna. Abajo la sala una obra que no puede faltar en la biblioteca de ningún buen aficionado al género.
A continuación abandonamos Estados Unidos y su mercado empresarial para regresar a España no solo en términos editoriales, sino también a su historia y su legado cultural, con dos novelas gráficas sumamente recomendables: Plan de huida y Buena gente. La primera es un thriller histórico que firma Agustín Ferrer Casas y que está inspirado en hechos reales, acontecidos en los albores de la Guerra Civil Española. La historia juega con la posibilidad de que en el traslado de obras de arte desde el Museo del Prado madrileño a Valencia para resguardarlas de los bombardeos, se hubiese llevado a cabo una operación que consistía en robar la Mona Lisa de Leonardo Da Vinci y sustituirla por una falsificación. El relato está contado en dos tiempos, en el año 1936 y en nuestros días (donde dos individuos investigan el suceso y tratan de dar con la mítica pintura, supuestamente oculta en algún lugar ignoto), y cabe señalar la sutil precisión visual con la que el autor encadena las distintas líneas temporales, dando lugar a un álbum de grafismo diáfano y precisa ambientación histórica en la tradición de la mejor BD francobelga. Un álbum del que, una vez leído y disfrutado, el lector solo puede preguntarse cuánto tardará alguna plataforma como Netflix o Movistar en comprar los derechos de explotación de la obra y adaptarla en formato de serie. Si esto llega a pasar, lo que no me extrañaría nada, recuerden que lo leyeron aquí primero.
En cuanto a Buena gente, se trata de la nueva obra de Isaac Sánchez, al que muchos conocerán por el sobrenombre de Loulogio en su faceta de humorista pero que ya se ha ganado un estatus de autor de cómics a seguir con atención gracias a títulos como Baños Pleamar o el autobiográfico (y divertidísimo) El de la batamanta. En la obra que nos ocupa, y que podría considerarse sin duda como de madurez, rescata el legado ideológico y estético de esa suerte de neorrealismo español muy sui generis que practicaron cineastas como Berlanga, Ferreri o el guionista Rafael Azcona con ecos tanto de la inmortal ¡Bienvenido Mr. Marshall! como de cierta retranca muy propia de Luis Buñuel. La premisa es que, a mediados de los años sesenta, el cacique de un pequeño pueblo de nuestra geografía fallece dejando escrito y sellado un particular testamento: legará su suculenta fortuna a quien demuestre ser la persona más bondadosa del lugar; esto, como podrán suponer, desatará una sucesión de acontecimientos insospechados y una serie de relaciones complejas entre la mayoría de los habitantes del pueblo, de los cuales muchos tienen algunos secretos que irán desvelándose conforme avance la lectura. Cabe destacar especialmente, una vez más, el espléndido arte de Sánchez: cuenta con un acabado espectacular tanto en el retrato de los diferentes personajes que pueblan sus páginas como el de la pequeña localidad española donde se desarrolla la acción.
Finalmente, cerramos nuestro póker de ases de autores nacionales presentes en el pasado Salón de Barcelona con la siempre provocadora Irene Márquez y su nueva recopilación de historietas: La muerte de Irene Márquez es, como su título sugiere, una antología de cómics de diversa extensión (lo mismo se supera la treintena de páginas como queda reducido a una tira de tres viñetas) que giran todos en torno al tema tabú por antonomasia, y que la autora de Esto no está bien trata con la irreverencia y la socarronería que ya son marca de la casa sin renunciar por ello a poner de manifiesto la gravedad del asunto. Asesinos y suicidas, viudas y huérfanos, y hasta algún que otro fantasma, se dan cita en las páginas de este volumen cuya lectura, desde luego, no resultará del gusto de todos los paladares; pero que sabrán gozar quienes disfrutan con el humor negro en su versión más salvaje. Quedan pues avisados de lo que se van a encontrar en su interior... y de que, en lo que a mí concierne, se trata de una de las lecturas más divertidas de lo que va de año. Que no se les escape, ni tampoco los otros tres títulos que les recomiendo en esta ocasión.
Zatanna. Abajo la sala, Plan de huida, Buena gente y La muerte de Irene Márquez están editados por Panini, Grafito, Dolmen y Autsaider respectivamente.