Abandonad toda esperanza

Autores por partida doble en Unicómic

Abandonad toda esperanza, salmo 888º

Un año más, las jornadas de Unicómic traen a algunos de los autores y obras más interesantes del panorama comiquero nacional a la Sede Universitaria de la ciudad de Alicante. Y me complace empezar a contarles el contenido de esta XXVII edición recurriendo a las últimas obras de dos autores a los que admiro profundamente y a los que tengo el honor de considerar amigos. Además, todos los lectores que disfrutamos con su trabajo tenemos la suerte de que ambos vienen con dos obras bajo el brazo cada uno, lo que ha permitido la incorporación de una nueva modalidad de acto en las jornadas: la de un autor acompañado de dos presentadores, cada uno especialista en una de las obras a comentar.

En "Los hermanos Machado", Esquembre ejecuta un acercamiento nada convencional a la vida de los dos poetas

En el caso de Carles Esquembre, su creación más reciente es Los hermanos Machado, título con el que cierra la trilogía protagonizada por poetas españoles que arrancó con Lorca. Un poeta en Nueva York y continuó con Las tres heridas de Miguel Hernández. Ya desde la primera -una novela gráfica espléndida pero sin duda más convencional- a la segunda -una aproximación nada ortodoxa a la vida y obra del llamado poeta del pueblo-, Esquembre dio un salto más que considerable. Pero con este homenaje a Antonio y Manuel Machado ejecuta una auténtica proeza artística que no puede sino considerarse como un atrevido salto al vacío: convierte lo que en manos de cualquier otro habría sido un somero repaso cronológico a las peripecias vitales de sus protagonistas en un ejercicio metanarrativo que toma la forma de una representación teatral como las que se llevaban a cabo en la Grecia antigua, pero que no teme fusionar aquí con elementos más contemporáneos. Así, el exilio de Antonio Machado -que también narraron, por cierto, Ian Gibson y Quique Palomo en uno de los capítulos de Cuatro poetas en guerra- y el fugaz encierro y posterior “reconversión política” de su hermano Manuel se relatan como recuerdos de unos personajes convertidos en fantasmas que rememoran un tiempo pretérito que ya no les pertenece; y donde no falta la aparición de familiares, amigos y colegas ilustres que apuntalan el relato desde la postura privilegiada de los espíritus para los que pasado, presente y futuro son una misma cosa. Así, la madre de los escritores puede citar a Steven Spielberg y su célebre ET sin despeinarse, mientras que en la pausa de “Visite nuestro bar” al estilo de los cines españoles de posguerra se nos recuerda las obras anteriores de Esquembre o se nos publicita un hipotético merchandising de la presente lectura. En resumidas cuentas: Los hermanos Machado se revela como una obra osada en contenido y forma por parte de un autor en plena madurez creativa, y del que no podemos esperar a saber cuál será su siguiente propuesta.

Una muestra de la colaboración de Esquembre con Jordi Sierra i Fabra

La solución a esta incertidumbre no la encontrarán en las páginas de Rock. La era dorada: 1953-1962, el otro título que su autor presentará en Unicómic, pues es una obra en colaboración y se publicó unas semanas antes. No obstante, estamos ante otra lectura de lo más recomendable, especialmente para los amantes del género musical que retrata. Y es que sin duda estamos ante una novela gráfica menos arriesgada, pues se trata de una suerte de documental en viñetas sobre la evolución natural del blues y la ejecución vocal del soul, el jazz y los crooners hasta la revolucionaria aparición de los Beatles en el Reino Unido; un recorrido dibujado a partir del libreto de Jordi Sierra i Fabra, novelista conocido sobre todo por su literatura destinada a un público juvenil aunque empezase su carrera profesional como crítico y divulgador musical. Por ello, en las páginas de esta obra los lectores asistimos a un repaso exhaustivo, repleto de datos históricos y suculentas anécdotas, de la evolución de este estilo musical. Y aunque luego volverá la vista atrás a la semilla que plantaron músicos negros como el malogrado Robert Johnson, Chuck Berry, Little Richard o Ike Turner, el recorrido arranca con la mítica grabación del “Rock around the Clock” de Bill Haley & The Comets el 12 de abril de 1954, fecha considerada como oficial para datar el nacimiento del rock. No obstante, la verdadera revolución llegaría un par de años después con Buddy Holly, Jerry Lee Lewis y muy especialmente Elvis Presley, no en vano apodado “el rey del rock”. Más tarde harán acto de presencia Frankie Avalon, Ricky Nelson, Roy Orbison, la summer music de los Beach Boys, Woody Guthrie y hasta nuestro Dúo Dinámico, sin olvidar la conversión eléctrica de un Bob Dylan adelantado a su tiempo... hasta llegar a cuatro muchachos de Liverpool llamados a cambiar la historia de la música popular para siempre. El resultado es un recorrido apasionante, delimitado con sabiduría por el autor de muchos de los libros más leídos en colegios e institutos de este país (por lo que de enseñar sobre una materia debe de saber bastante) y cuya traslación gráfica a cargo del dibujante de La Brigada Lincoln es simplemente perfecta. Solo puedo decirles que quien firma estas líneas, como aficionado al género musical, lo ha disfrutado un montón. Y me han soplado que habrá una segunda parte, lo que por supuesto me alegra una barbaridad.

En "Ateo de uno mismo", Adrián Bago ficcionaliza su propia infancia

El otro autor que viene a presentar dos obras recientes, también una de autoría completa y otra dibujada a partir de un guion ajeno, y que como Carles Esquembre ejerce igualmente de músico, es Adrián Bago; un nombre que a los seguidores de esta columna les resultará familiar por los elogios que vertí al hilo de la publicación tanto de la novela gráfica Sicofante como de la antología Bibelots. Ahora Bago regresa con una nueva recopilación de historietas cortas a la manera de esta última que lleva por título genérico Ateo de uno mismo. Los seguidores del autor se podrán hacer una idea de lo que van a encontrar en su interior, pues Bago insiste en la puesta en práctica de su particular estética del fracaso y en esa característica fusión de narrar acontecimientos cotidianos, o incluso vulgares en su tratamiento de la sexualidad y la escatología, con un estilo literario en el monólogo interior que podríamos tildar de elevado. Así, una vez más y tras un breve cómic de tres páginas a modo de introducción, se suceden tres historietas: “Los fastidios y los días”, “Elán negativo” y “Pavor”. Y si la breve historia intermedia puede traernos ecos de Daniel Clowes, las otras dos -relatos autobiográficos centrados en la infancia y la preadolescencia del autor- son puro Adrián Bago aunque puedan recordarnos por momentos a las autoflagelaciones de Chester Brown o del maestro de todos los citados (y homenajeado aquí de forma explícita y confesa): el gran Robert Crumb... Con permiso del fallecido Harvey Pekar, colaborador ocasional del anterior y también un grande en esto de confesar las propias miserias cotidianas, tanto reflexiones como acciones, mediante el arte secuencial. A todo esto, además de tres ilustraciones a toda página (una de ellas dedicada ¡al gran John Carradine!), hay que añadir las numerosas referencias históricas, sociales y culturales, ya sea de la literatura, la música, el cine o el propio tebeo, que jalonan las historias; y donde no se establece distinción alguna entre alta y baja cultura (lo que es marca de la casa). El resultado es una joya, otra más en la trayectoria de su autor, y a la que solo se le puede poner un pero: que sabe a poco. Bago, haga el favor: nos merecemos una obra suya que no baje de las cien páginas. O ya puestos, de las doscientas.

Y esto es todo por hoy. Me consta que les he comentado que de Adrián Bago presentaremos dos nuevos cómics, pero a la hora de escribir estas líneas todavía no he podido leer Maquis y por tanto me reservo el juicio para la columna de la semana que viene. Una columna en la que, claro está, también les hablaré del resto de actividades del programa de este nuevo Unicómic. Permanezcan atentos a sus pantallas.

Los hermanos Machado. Hoy son siempre todavía, Rock. La era dorada: 1953-1962 (La novela gráfica) y Ateo de uno mismo están editados por Planeta Cómic, Ma Non Troppo y Austaider respectivamente.

(Votos: 5 Promedio: 5)

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